Aerómetro




Aerómetro: precisión en la medición de densidades líquidas.

El aerómetro, también denominado densímetro, es un instrumento de vidrio que permite determinar la densidad relativa de los líquidos mediante el principio de flotación. Inventado en el siglo XVIII y ampliamente utilizado durante los siglos XIX y XX, fue una herramienta indispensable en laboratorios químicos, enología, farmacia e industrias alimentarias.

El set mostrado en la imagen contiene varios aerómetros calibrados para diferentes rangos de densidad, lo que permitía adaptar la medición a distintos tipos de líquidos, desde alcoholes hasta aceites o soluciones salinas.


¿Cómo funciona ?

El funcionamiento del aerómetro se basa en el principio de Arquímedes: al sumergirse en un líquido, el instrumento flota hasta alcanzar un punto de equilibrio, donde el peso del líquido desplazado iguala al peso del aerómetro. Este punto de flotación varía según la densidad del líquido.

Cada aerómetro está marcado con una escala graduada que indica la densidad directamente en unidades como g/cm³ o grados específicos (Baumé, Gay-Lussac, etc.). Cuanto más denso sea el líquido, menos se hundirá el aerómetro; y cuanto menos denso, más profundamente se sumergirá.

¿Para qué se utiliza?

Era utilizado en numerosos campos: en laboratorios para determinar la concentración de soluciones; en la industria alimentaria para medir la densidad de leche, jarabes o bebidas alcohólicas; y en enología, para controlar el contenido de azúcar en el vino.

Aunque ha sido sustituido en muchos casos por densímetros digitales, el aerómetro sigue siendo un símbolo clásico de la metrología experimental, y una herramienta educativa para entender el concepto de densidad de forma visual y práctica.



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