Escuadra de agrimenso



La escuadra de agrimensura: alineación y precisión en el terreno.

La escuadra de agrimensura fue uno de los instrumentos más sencillos y efectivos utilizados en los trabajos de medición, alineación y trazado de ángulos rectos sobre el terreno. Empleada desde la antigüedad hasta bien entrado el siglo XX, fue fundamental en labores de topografía, delimitación de parcelas y construcción.

Construida en metal muchas veces en latón o acero y montada sobre un bastón o trípode, esta herramienta permitió a los agrimensores y topógrafos marcar direcciones perpendiculares con rapidez y fiabilidad, antes de la generalización de aparatos más complejos como el teodolito. Su sencillez la hacía ideal para trabajos de campo, incluso en condiciones adversas.

Aunque hoy ha sido reemplazada por dispositivos electrónicos de mayor precisión, la escuadra de agrimensura fue un instrumento clave para el desarrollo del catastro, el urbanismo y la ingeniería civil.


¿Cómo funciona ?

La escuadra de agrimensura consiste en un cuerpo metálico cilíndrico o prismático que contiene ranuras o mirillas dispuestas en ángulos de 90° y, en algunos casos, de 45°. Estas mirillas permiten al operador alinear visualmente dos puntos, de modo que pueda trazar ángulos rectos sobre el terreno.

El instrumento se coloca verticalmente sobre un punto de referencia fijo, ya sea mediante un bastón clavado en el suelo o un trípode. Luego, el agrimensor observa a través de una de las ranuras y ubica una estaca o señal visual alineada. A continuación, mira por la ranura perpendicular y coloca una segunda estaca, trazando así una línea recta a 90° respecto a la primera.

No requiere alimentación ni componentes ópticos complejos, lo que lo hace extremadamente robusto y fácil de usar.


¿Para qué se utilizaba?

La escuadra de agrimensura se utilizaba para marcar ángulos rectos sobre el terreno, especialmente en tareas de parcelación agrícola, trazado de caminos, levantamientos topográficos sencillos y replanteo de obras.

También fue útil en la delimitación de terrenos urbanos y rurales, donde se necesitaba establecer alineaciones precisas de calles, muros o edificaciones. Su portabilidad y simplicidad la convertían en una herramienta ideal para trabajos preliminares de campo, siendo un recurso indispensable para agrimensores y técnicos antes de la llegada de instrumentos más sofisticados.





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